7 décembre 2015

Esto es rarísimo

ESTO de la memoria es rarísimo. Unos aseguran recordar lo que no han leído y otros no podemos recordar lo que hemos escrito. Hace poco Rajoy convocó  a Pablo Iglesias para tratar del “problema catalán”. Iglesias le llevó de regalo Juan de Mairena con una dedicatoria, unas palabras de Machado (“Para dialogar, preguntad primero, después escuchad”), y le instaba a “releerlo”, gran escarnio este acaso, ya que Rajoy tiene fama de no haber leído en su vida más que el Marca. Al final se demostró, sin embargo, que Iglesias tampoco lo había leído, porque de haberlo hecho se habría encontrado con estas otras palabras: «De aquellos que dicen ser gallegos, catalanes, vascos, extremeños, castellanos, etcétera, antes que españoles, desconfiad siempre. Suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de quienes nada grande puede esperarse».

Como este artículo no va de españoles incompletos, que cada cual piense lo que quiera de las palabras de Juan de Mairena. Y el otro caso de memoria rara: Jorge Luis Borges decía que prefería leer el Quijote traducido al inglés que en español. Rosa Chacel se lo oyó en Buenos Aires. Rosa Chacel nos contó incluso lo que le dijo: “No me extraña; se le nota a usted en la prosa”. Creímos, como Rosa Chacel, que aquella había sido otra boutade de Borges. Sin embargo, hace seis meses y a raíz de publicarse mi traducción del Quijote al castellano actual, comprendí que Borges llevaba razón: el Quijote que él leyó de niño, en un inglés de su tiempo, le encantó; cuando lo leyó en el castellano del siglo XVII, una lengua que ni hablaba ni entendía del todo, le decepcionó... He repetido en entrevistas y conferencias esta idea como si fuese original mía. Hace una semana una amiga a quien se los recomendé hace muchos años, leyó uno de los ensayos de Unamuno, de 1905,  del que ni me acordaba que yo mismo había escrito, hace treinta. Dice en él Unamuno: “El Quijote gana traduciéndolo, y si ha sido mejor sentido fuera de España que en ella misma  (principalmente en Inglaterra y Rusia) se debe en buena parte a que no ha podido empañar su belleza la preocupación del lenguaje”, que no se entiende. Esta jurisprudencia me habría venido bien, qué duda cabe, para algunas controversias recientes, pero ahora sólo hablamos de lo rara que es la memoria, que a unos les lleva a presumir de lo que no han leído y a otros a pasar por alto lo que han escrito.

    [Publicado en el Magazine de La Vanguardia el 6 de diciembre de 2015]

15 commentaires:

  1. Borges decía cambiar isleta cambiar lo que escribió, lo cambiaría todo, también dijo que no creyéremos a los escritores, ya que nos dan todo el trabajo corregido y no reflejan su verdadera cara . lo bonito de comentar es que es espontáneo y ni siquiera hay que preocuparse de cosas menores como puntos y comas.

    Borges tiene una cualidad muy grande, es hombre que transmite una honestidad incontestable, esa honestidad es el único camino para ser artista, es la mayor virtud de un artista. Estuve días viendo entrevistas y leyendo a Borges, me costo pero capte su espíritu y sigo sus consejos, al menos me ayudo a ser único y amar la literatura, me alegro que AT valore a Borges, que le tenemos muy olvidado y ha sido el último gran poeta y el más genial escritor de relatos. Quien me iba a decir que hoy tocaba hablar un poco de Borges, del Quijote de AT ya hablé y muy bien, confió en que tiene un recorrido maratoniano, a mi me está gustando mucho y soy muy exigente, resulta un poco aburrido ( como todos los mamotretos )
    En fin, que no nos pase nada que parece viene un siglo mediocre.

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  2. A veces la traducción da lugar a otra obra en parte distinta de la traducida. Para quienes están acostumbrados a leer (e incluso a saberse de memoria: caso de los expertos en literatura) pasajes del Quijote, debe resultarles muy raro leerlo en castellano moderno. Es por ejemplo lo que le ha pasado a García Martín, quien en este caso no ha entendido nada. Se parece a cuando a la palabra "fé" le quitaron el acento: decisión rayana en la herejía, no ortográfica sino religiosa.

    A propósito de traducciones y Machado, me pregunto cómo será leer la poesía de Machado en inglés o en polaco (por poner ejemplos). Obviamente las rimas desaparecen y entonces es otro poeta distinto: mensaje desposeído de consonancias, de métrica e incluso de ritmo.

    Hay quienes, al traducir poesía, se empeñan en conservar las rimas, aun a costa de traducir palabras por otras no exactamente equivalentes: otra herejía (pero mucho más grave), pura aberración.

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  3. Disiento de Unamuno (cosa nada rara, tratándose de alguien que se pasó la vida disintiendo hasta de sí mismo). El Quijote no gana traduciéndolo, y no hay traducción que pueda sensatamente pretender ser mejor que el original. Lo de Borges es otra de tantas boutades o ironías como tiene. Y claro que eso no excluye las traducciones, ni al castellano actual; pero el mejor Quijote, para quien pueda y quiera leerlo es (ya lo dijo Pero Grullo) el que escribió Cervantes. Todos los demás no son ni pueden ser otra cosa que segundas opciones (a veces nada desdeñables), justificadas a falta de la primera.

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    1. Y nadie ha dicho lo contrario. Sólo que gracias a las traducciones el Quijote ha podido contar con millones de lectores de todas partes, que no lo hubieran podido leer de no haberse traducido, y a partir de ahora también de España y de Hispanoamérica.

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    2. Aclaro (no sé si lo estaba ya) que coincidimos. Yo pienso, y más de una vez lo he dicho, que poner en castellano (más o menos) actual el Quijote es una opción tan válida como hacerlo, como se ha hecho en Francia, por ejemplo, con su cuasicontemporáneo Montaigne (era 14 años mayor). Es un acceso posible para aquellos a quienes el original se les haga demasiado escarpado, y no priva a nadie de leerlo, ni siquiera a los que opten por el traducido, que puede (ojalá) ser una manera de acabar llegando al original.

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    3. Se conoce que a usted el original no "se le hace demasiado escarpado". Cuestión de elitismo o de sinceridad. Yo pertenezco al segundo grupo, al de los que reconocen abiertamente haber leído el Quijote en la juventud y solo se enteraron de un setenta por ciento, como mucho.

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    4. Que uno pueda, efectivamente, darse el gusto de leer el Quijote en el original cervantino nada tiene que ver con élite alguna; sí, quizá, con una larga práctica de lectura, al alcance de quien quiera tomarse ese gustoso trabajo.

      Respecto a "enterarse", cualquier texto anterior, digamos, al siglo XIX (e incluso al siglo XX) contendrá inevitablemente expresiones que no son actuales, y que puede costar el entender. Una anotación inteligente, y que ni siquiera necesita ser copiosa (en este caso, sirva de ejemplo la edición de Martín de Riquer), obvia sin dificultad dicho problema.

      Pero el estar en este caso, repito, no nos hace parte de "élite" ninguna. No caigamos en el error de descalificar a quien sabe algo más o tiene algo más de experiencia llamándole a eso "elitismo". Ni el saber ni la práctica lo son; sí, en cambio, el rebuscamiento, el prurito de ser originales y, en último término, la vanidad. Es el fingir ese saber y esa experiencia, sin poseerlos realmente, el utilizarlos para "darse pisto", lo que cabe llamar "elitismo". Lo otro es sólo eso, saber y/o experiencia, cosas que nada tienen de criticables. No confundamos las cosas.

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    5. O sea, que usted "no finge ese saber sin poseerlo realmente" porque se apellida Rico. En este blog aparecen eventualmente conferenciantes que nos ilustran y luego regresan muy orgullosos a su café provinciano. Usted, en cambio, se limita a deslumbrar con la naturalidad que le caracteriza.

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    6. Si a usted el hecho, que es exactamente el que aquí tratamos, de que alguien pueda leer el Quijote en su original le "deslumbra", tiene usted un problema. No, mire: hay mucha gente que puede hacerlo y lo hace, y no por eso conforma ninguna "élite".

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    7. Perdone, pero que haya mucha gente que lo pueda leer es falso. Y quien lo tiene que leer a base de martirizarse con las cinco mil entradas explicativas es una víctima. O dicho de otro modo, de tener usted razón y no yo Trapiello no se hubiera tomado la molestia de dedicar tantos años de su vida a actualizarlo-traducirlo.

      Respecto a los amigos que en una cena le garanticen haber leído el Ulises, la Recherche y la Montaña Mágica, dígales que no mientan y ofrézcales un orujo, que es muy sano para el cerebro.

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    8. Usted, por lo que veo, es de los convencidos de que sus propias limitaciones tiene que sufrirlas todo el mundo. Se equivoca. La existencia de las versiones modernizadas, de las que aquí se ha hablado, de la colección "Odres Nuevos", no impidió en su día, ni impide ahora, que se sigan editando y vendiendo ediciones del original del "Libro de Buen Amor", por ejemplo, que precisamente yo leí por primera vez en aquella benemérita colección.

      Por lo demás, no tiene demasiado sentido "lucir" de lecturas; basta, si uno tiene el interés y el gusto necesarios, con haberlas hecho: la jactancia está de más. Personalmente, he leído los tres libros que cita (y escrito sobre alguno de ellos), así como muchos otros. Pero usted, por lo que veo (no es la primera vez), todo lo soluciona a base de orujo. Bien, eso va en gustos.

      No se empeñe, repito y termino, en imponer a todo el mundo sus propias limitaciones, o simplemente sus propios gustos: cada uno tiene los suyos, y todo el derecho del mundo a ello.

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  4. Boutade no es igual que ironía, la gente puede llamar boutade a algo que no entiende. Ya sabemos que lo original es lo mejor.

    Leyendo libros no se aprende a escribir, pero para escribir hay que leer a los grandes y algún actual ( alguien que ejerza magisterio a través de un blog), creer que sabes más que los demás es un error, ya que puede que no sea así.
    Buena la lió Pablete con la boutade de la Menina, rozando el delito machista, a no ser se refiriera a los enigmas que hay detrás de la obra maestra de Velazquez.

    Me jugo una mala pasada el bicho y quise decir: Borges decía que si pudiese, cambiaría todo lo que escribió. Hay una cosa que no me gusto de Borges, fue que calificó las greguerias de Ramón como retrancas, y Ramón ha sido gran prosista y muy cervantino ( nadie es perfecto le dijo Tony Curtis a Jack Lemmon).
    Un traductor es un artista, sin serlo no puede hacerlo bien, tiene que ser escritor en mayor o menor medida

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  5. Esto no es rarísimo, es la España de nuestros horrores que los sufre con placer y los inventa con más placer todavía. Habrá que poner las esperanzas en el adviento.

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  6. "El Quijote no gana traduciéndolo". Por supuesto. El que gana es el lector, sobre todo aquel que dispone de menos recursos lingüísticos. En mi biblioteca hay dos obras de Castalia/Odres nuevos: Milagros de Nuestra Señora y Poema del Cid, vertidos al español moderno por Daniel Devoto y Francisco López Estrada respectivamente. Disfruto mucho leyéndolos y releyéndolos. El de Berceo lo tengo también en la versión original de Austral, y me resulta muy difícil, prácticamente ilegible. De no haber contado con las versiones actualizadas nunca habría podido leer estas obras. Es verdad que la distancia de ellas al castellano actual es mayor que la del Quijote, pero esa distancia no depende sólo de los libros citados y del castellano de hoy, sino también de la formación del posible lector. Que puede ser elevada, como en el caso de un joven científico, pero no necesariamente literaria.

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  7. Puestos a hilar tan fino como usted parece que quiere hacer, digo que no creo que se demostrara que Iglesias no hubiera leído el Juan de Mairena. Cabe la posibilidad de que lo haya leído, que se encontrara, por tanto, con esas palabras, pero no las recordara.

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